sábado, 19 de julio de 2014

Aprendizaje Y Trabajo.

     Alguna veces hemos puesto como ejemplo como nos encontramos cuando estamos bebiendo e inmediatamente después de haberlo dejado, haciendo referencia a un terreno seco y baldío, desolado y como abandonado de la mano de Dios. Así es la vida a la que nos ha conducido nuestra enfermedad y eso es lo que nos encontramos inmediatamente después de dejar de consumir. Pero ¿Y qué hacemos, cómo afrontamos ese panorama desolador?, desde luego nosotros solos no somos capaces de hacer frente a algo que parece una tarea imposible, necesitamos de alguien que haya recorrido ese mismo camino antes que nosotros y que nos vaya indicando los pasos que deberemos ir dando.

     Habrá que iniciar el proceso por unas tareas básicas, como es arar el terrero, sanearlo, abonarlo, plantar las semillas, regarlo... Es el mismo proceso que debemos seguir con nuestra abstinencia, en principio acudir a consulta médica puesto que nuestro cuerpo necesita reponerse y abonarse, pues es un cuerpo carente de cuidados y con carencias multivitamínicas, acto seguido debemos limpiar de nuestro entorno todo aquello que sea perjudicial para nuestro mejor desarrollo, como si de quitar las malas hierbas se tratase, alejándonos de aquellas amistades y lugares con quien y en donde solíamos consumir, pues se trata de un peligro cierto de recaída (deberemos estar alerta a todo lo que pueda malograr nuestra abstinencia, prevención), las semillas que plantamos las elegimos cada uno (familia, hijos, trabajo, dignidad, salud, amigos... y la más importante la de nosotros mismos), el abonado lo estamos haciendo con cada sesión de terapia y el riego es la compañía de nuestras familias, compañeros y amigos que nos acompañan y ayudan.

     De esta manera la tierra, nuestra tierra, nosotros, se va recuperando, nos vamos recuperando y solo es cuestión de tiempo que esa tierra infértil, comience de nuevo a dar sus frutos. Iremos recuperando la salud, la familia, el trabajo, la dignidad, etc. 

     Y no hay que olvidar que para que esa tierra siga dando sus frutos se ha de cuidar y trabajar día tras día, como cuidamos y mimamos la abstinencia, porque gracias a ella recuperamos todo lo recuperable, mucho más de lo que en un principio pudiera parecer
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La Necesidad Del Aprendizaje.

     Cuando un día decidimos dejar la bebida alcohólica y enfrentarnos a una nueva vida sin alcohol, debemos hacerlo desde el conocimiento de lo que a esta enfermedad representa.

     Sin duda, la mejor escuela en que podemos aprender es en las sesiones de terapias, pues en ellas son los compañeros más veteranos en la abstinencia los que nos dan las pautas y nos indican el camino que ellos siguieron y les dio el tiempo sin consumir que llevan, al igual que ellos aprenden de los más jóvenes puesto que les ayudan a recordar que ellos estuvieron en las mismas circunstancias. De este modo, unos y otros aprendemos y no olvidamos las lecciones y de este aprendizaje iremos andando nuestro propio camino de abstinencia alcohólica, un paso tras otro, un día tras otro día, meses, años.

     De la misma manera que cuando se nos detecta una enfermedad que no conocemos, rápidamente vamos a consultar en qué consiste, posibles tratamientos, etc. Lo mismo debemos realizar con esta afección que conocemos como alcoholismo, acudiendo primeramente al médico de atención primaria y cumpliendo con sus prescripciones y de seguido visitar una asociación donde a base de terapias de autoayuda y ayuda mutua donde iremos consiguiendo superar con mayor o menor dificultad nuestra dependencia alcohólica.

 

martes, 21 de enero de 2014

Nalmefeno - "Selincro".



     Este nuevo fármaco, destinado a reducir la ingesta de alcohol en aquellas personas dependientes, es recomendado como una ayuda más de todas las que se desarrollan desde un enfoque psicosocial, donde las terapias de grupo e individuales, junto con la aceptación del propio enfermo de su problema, forman los elementos esenciales para que el proceso de abandono del consumo sea un éxito.

     En los ensayos clínicos que se realizaron con 2.000 enfermos, se evidenció un descenso en el consumo de alcohol en un 60 % después de seis meses de tratamiento y en un 40 % al finalizar el primer mes.

     Según los datos aportados por la Farmacéutica, este medicamento actúa sobre el área de recompensa del cerebro (por ello se reduce el deseo de beber alcohol), que en el caso de enfermos que sufren de dependencia alcohólica, está mal regulado.



     La idea es que este medicamento, al mismo tiempo que facilita la abstinencia, disminuya también el riesgo de tener recaídas.

Nuevos medicamentos para facilitar la abstinencia.


     Se llama nalmefeno  ("Selincro", nombre  comercial) y ha sido autorizado por la Agencia Europea del Medicamento. Se trata del primer tratamiento para la reducción del consumo de alcohol en enfermos alcohólicos.

     A diferencia de los medicamentos actualmente utilizados en el tratamiento del alcoholismo, cuyo objetivo es la abstinencia completa, pues se tratan de revulsivos del alcohol, lo que hará que sintamos un profundo malestar nada más probar el alcohol, este nuevo medicamento, nos ofrece la posibilidad de tener más capacidad de control sobre el consumo, pues la satisfación que el enfermo tiene al ingerir su bebida es menor.


     ¿Quiere esto decir que el enfermo alcohólico dejará de serlo?. Evidentemente no, pues lo primero para reducir el consumo es que la persona quiera reducirlo y este nuevo fármaco le permitirá un proceso de transición menos traumático hacia la abstinencia, y atraer a las asociaciones de alcohólicos y demás centros de atención a personas en un principio reticentes al abandono de esta adicción, por la dificultad que encierra.

sábado, 20 de abril de 2013

Nuestra Labor.



     Nuestra labor fundamentalmente está basada en la educación y la prevención del consumo de alcohol y otras drogas, así como la rehabilitación de todas aquellas personas que tengan algún tipo de adicción. Esta importante labor que desarrollamos, la hacemos de la mejor manera que podemos y sabemos, siendo conscientes de nuestras limitaciones, pues todos los que formamos parte de la Asociación somos enfermos alcohólicos y familiares de estos enfermos y en otros casos enfermos de varias sustancias adictivas.

     Destinamos todos nuestros limitados recursos para ayudarnos y ayudar a cuantas personas requieran de nuestro apoyo y que de poco en poco se nos van uniendo, lo que viene siendo las terapias de autoayuda y ayuda mutua, iniciando un rumbo distinto al que nos habíamos embarcado, cuyo destino era para unos el manicomio, para otros la cárcel y también la muerte como consecuencia del consumo de este tipo de sustancias.

     Con la única recompensa de la satisfacción que nos produce el conocer que estamos haciendo algo realmente bueno para nosotros y para la sociedad, pues no hay cosa que nos produzca mayor bienestar que el ver a compañeros que llegaron en un estado tan lamentable al que llegamos nosotros y que gracias a su compromiso y a la ayuda de la asociación, han logrado superar su adicción, que entre todos hemos sido capaces de romper la cadena que le ataba a una botella, a una sustancia de la que era totalmente dependiente. Que ha cambiado su vida y la de su familia y entorno para mejorarlo y que esta persona será capaz de ayudar a otros que como el o ella llegarán un día solicitando ayuda.

     El hacernos conocer y el hacer llegar la labor que venimos desarrollando, la realizamos principalmente mediante pequeñas octavillas que vamos dejando en los Centros de Salud de nuestro barrio y a nuestros médicos de atención primaria, como medio para que a cualquier persona que se le presente algún problema de adicciones sepan que cerca tiene una herramienta de la que puede hacer uso. Otro método que solemos poner en práctica consiste en pegar estas mismas octavillas informativas en las marquesinas de los autobuses, donde los usuarios de este medio de transporte puedan informarse mientras esperan la llegada de su autobús y si se ven tentados, lo cogerán para ponerse en contacto con nosotros. Este mismo blog puede servir como reclamo, además de un sistema de información sobre enfermedades adictivas, para aquellas personas que sabiendo que algo no anda bien en su vida, con relación al alcohol, no saben ponerle nombre.

  


martes, 19 de marzo de 2013

La terapia de grupo.



Dentro de las distintas formas de enfocar el tratamiento psicológico, una de las más conocidas, la más aceptada y previsiblemente la más eficaz es la terapia de grupo.

La terapia de grupo permite compartir experiencia, contar los problemas a personas que tienen el mismo problema que nosotros y que por lo tanto van a saber de qué hablamos, nos van a comprender perfectamente.

Las psicoterapias de grupo deben ser llevadas por un profesional con formación y conocimiento del problema.

En las asociaciones donde no se puede disponer de un profesional, los grupos de discusión llevados por alcohólicos rehabilitados, con experiencia dilatada en el tema y comprometidos en la ayuda a los demás pueden hacer la misma función, aunque se profundice menos en temas personales.

Cuando no hay profesionales y la labor la realizan los alcohólicos rehabilitados lo denominamos grupos de autoayuda.

Se aprende de los demás y los demás aprenden también de lo que cada uno aporta, se intercambian no solo experiencias sino soluciones, se opina y se comparten sentimientos y se avanza en el compromiso de la abstinencia y de la mejora en las relaciones.

Lo que se dice en las terapias nuca se debe comentar fuera de ellas. Esa complicidad hace al grupo más fuerte y si alguien de verdad quiere rehabilitarse que no vaya simplemente a calentar la silla.

Al principio es comprensible que haya quien tenga miedo, o vergüenza o se crea que nadie le puede enseñar nada. Esto no es así, pues la persona que participa en una terapia aprende día a día, se hace responsable, respetuoso y comprometido consigo mismo y con los demás.

Las terapias nos hacen más fuertes pues nos proponemos de forma individual el no fallar y que los demás no fallen.

La persona que prueba la terapia de grupo, repite. Y es que tener un espacio y unas personas con las que poder hablar y ser escuchado, no es demasiado frecuente en la sociedad y es algo que se agradece.

lunes, 18 de marzo de 2013

¿Cómo se llega a ser alcohólico?

     Uno no se levanta por la mañana siendo alcohólico, el proceso suele ser lento y nunca sabremos con certeza cuando se produjo el paso que separa a un bebedor social de un bebedor alcohólico. Lo que si sabemos con certeza es que llegamos a ese punto por el consumo continuo y abusivo de bebidas alcohólicas.

     Los caminos que nos lleva a ser alcohólico suele ser dos tipos y modos bien diferenciados, teniendo en cuenta el origen. Veamos.

     En primero de estos caminos se trata de personas atormentadas, angustiadas y/o deprimidas, que han pasado por profundas calamidades en la vida y que su relación con el alcohol le proporciona un alivio, aunque temporal, a su padecimiento y que le llevará a la dependencia. En este tipo de vía se encuentran bebedores intermitentes que pueden estar sin beber varias semanas, pero que cuando lo hacen ingieren grandes cantidades de alcohol durante uno o varios días y suelen ser bebedores problemáticos.

     En el segundo, son personas que sin tener graves problemas en la vida, beben por imitación, porque todo el mundo en el que se mueve beben. Beben todos los días, lo que les proporciona una cierta tolerancia al alcohol (es aquel bebedor que bebe mucho y parece que no le hace efecto, que casi nunca se le va a ver borracho) y beben incrementando el consumo, hasta hacerse adicto a la sustancia.

     Pero siendo uno u otro camino el que sigamos, el destino es el mismo que es una persona adicta a una sustancia llamada alcohol, o lo que es lo mismo: alcohólico. Si en el primer camino se atiende más a un sentimiento (malestar, angustia, depresión...), el segundo más a un contexto donde su mueve (amigos, compañeros, familia...). En ambos casos se inicia el consumo que les llevará a la adicción buscando alivio psíquico y físico, no lo hacen con el propósito de llegar a ser alcohólicos, pero el fin, aún sin proponérselo, será enfermar por el uso abusivo del alcohol (Y ¡ojo! cuando digo abusivo, quiero decir el consumo al día de más de 2 o 3 copas de cerveza o vino en los hombres y la mitad en las mujeres).

Bebida
Graduación
Volumen
Alcohol puro
contenido
Unidades Bebida Estándar
Copa de vino o cava
12.0°
10 cl.
 9.6 gr.
1.0
Vaso de calimocho
   3.6°
20 cl.
 5.8 gr.
0.5
Vaso de sangría
   6.8°
20 cl.
10.9 gr.
1.0
Caña de cerveza
           5.0°
25 cl.
10.0 gr.
1.0
Lata de cerveza
  5.0°
33 cl.
13.3 gr.
1.3
Culín de sidra
  6.0°
11 cl.
 5.2 gr.
0.5
Botella de sidra
  6.0°
70 cl.
33.6 gr.
3.4
Copa aperitivo: vermouth, fino…
17.0°
07 cl.
 9.5 gr.
1.0
Copa de licor fruta: melocotón…
25.0°
06 cl.
12.0 gr.
1.0
Combinado: cuba libre…
40.0°
06 cl.
19.2 gr.
2.0
Copa de ginebra, ron, coñac…
40.0°
06 cl.
19.2 gr.
2.0
Copa de whisky
42.0°
06 cl.
20.2 gr.
2.0
(se considera consumo de riesgo para la salud la ingesta de más de 3 unidades diarias para el hombre y más de 2 para la mujer).

domingo, 10 de marzo de 2013

Funcionamiento de una terapia.


     Nuestras terapias de autoayuda y ayuda mutua están formadas por enfermos alcohólicos y en los casos de los más jóvenes también vienen con adicciones a otras sustancias (politoxicómanos), por lo que cuando hablamos sobre las adicciones TODOS sabemos de lo que estamos tratando.


     El grupo está compuesto tanto por hombres como mujeres, de todas las edades y oficios. En un número variable nos juntamos tres días a la semana L - X - V desde las 18:30 hasta las 20:30 h., dos horas en las que se rompe el miedo al silencio y a la vergüenza, donde un moderador posibilita que la persona que desee hablar o exponer una vivencia, pueda hacerlo mientras el resto de los compañeros escuchan atentamente y si consideran que tienen algo que exponer lo hace levantando la mano para que le sea concedida la palabra. De esta manera se experimenta un nexo de unión entre el grupo en el que todos somos participes del éxito de cada uno, en donde se vislumbra el final del túnel y donde se experimenta que es posible salir de las adicciones, puesto que junto a ti hay una persona que lleva años en abstinencia.



     Las reglas básica para nuestras sesiones son el respeto y el compromiso en dejar la adicción.



     En múltiples ocasiones decimos que las terapias son como volver a la escuela, pues es donde aprendemos a vivir sin alcohol, compartiendo experiencias y sobre todo, mostrando las herramientas de las que se han servido aquellos que llevan más tiempo de abstinencia y que también les puede servir de ayuda para los que se han incorporado hace menos tiempo al club de los abstinentes. Importantísimo resulta el verse que uno no está solo en la lucha por la abstinencia, sino que cuenta con el apoyo de una asociación cuyos integrantes le comprenden perfectamente y comprenden las secuelas que sufre (familia, trabajo, salud...).



     ¿Quién acude a nuestras terapias?. Siempre las personas que acuden lo hacen por un motivo grave de salud, de familia, de trabajo, de justicia, etc. y en casi todas se da la unión de varios de estos motivos. Muchos vienen derivados de centros de salud, después de haber pasado por episodios realmente graves.


     Cada dos semanas contamos con la presencia de una psicóloga que compartimos enfermos y familiares y un becario estudiante de último año de psicología, mediante las aportaciones que entre aquellos enfermos y familiares que puedan, vamos haciendo a la caja común y que nos permite contar con estos profesionales, al menos 8-9 meses al año (dependiendo de las aportaciones).





Soy alcohólico rehabilitado

     Antes de reconocerme como enfermo alcohólico y aceptar la enfermedad. yo era de las personas que sabía que bebía mucho, en exceso, que era un gran consumidor de alcohol, pero que no tenía ningún problema con el alcohol puesto que no me afectaba ni en mis trabajos ni en mi familia, ya que aguantaba mucho pues que no llegaba a embriagarme casi nunca, tan solo en algunas ocasiones llegaba un poco más bebido que de costumbre y cuando llegaba a casa, daba las buenas noches y me metía directamente en la cama, sin molestar a nadie.


     Pero detrás de esta farsa, hoy reconozco que cada día nada más levantarme necesitaba beber y así lo hacía durante todo el día, sin apenas comer pues con el alcohol me bastaba, hasta llegar a casa por la noche y dirigirme a la cama y esperar que llegase el día siguiente donde se volvería a repetir el mismo patrón de conducta. Así un día tras otro, durante años. (Esa era mi normalidad). El desentenderme de los asuntos del hogar y de mis hijos, de los problemas normales de cada día.

     Para mi, como para cualquier otro enfermo alcohólico que todavía no tenga reconocida su enfermedad, los verdaderamente alcohólicos son aquellos otros, que a diferencia nuestra, que tenemos nuestro trabajo, nuestra familia, nuestras amistades, ellos, los que se encuentran solos, consumiendo alcohol barato en cualquier rincón, mal vestidos y sucios, mal mirados por todos, son los alcohólicos. Como si estas personas no hubieran estado en la misma situación que en la que estamos nosotros, pero que han seguido consumiendo hasta llegar al lugar donde se encuentran y donde sin duda llegaríamos nosotros si no paramos de consumir. Pero aún así, para ellos, si no han sabido reconocerse enfermos alcohólicos, verán a los que estén peor que ellos, como los verdaderos alcohólicos. Y la verdad es que tan alcohólicos somos unos como otros, pues lo que nos define como tales es la incapacidad de parar de consumir.


¿Por qué alcohólico?

     ¿Por qué nos resulta tan difícil el aceptar que somos alcohólicos?. Creo que se debe principalmente al desconocimiento de lo que es esta enfermedad y a su estigmatización.

     Siempre nos ocurre que antes de aceptar la enfermedad que padecemos, somos capaces de poner mil excusas para intentar no vernos como alcohólicos, puesto que nuestro desconocimiento nos hacer sentir esta enfermedad como algo tremendamente negativo, propio de personas perdedoras, sin moral, sin vergüenza y asociales, carentes de principios y respeto por si mismos.

     Ante semejante visión no nos queda más que engañarnos a nosotros mismos y en la inmensa mayoría de los casos lo conseguimos. Casi nunca hemos sido capaces de reconocernos como tales alcohólicos, y solemos mentirnos, diciéndonos que somos capaces de dejar de beber cuando y donde queramos, que tan sólo bebemos para deshinibirnos, socializar o para sentirnos bien.

     Pero esto en realidad no es así, pues en numerosas ocasiones nos hemos propuesto el dejar de beber a partir del día de mañana, pero a la mañana siguiente nos hemos levantado y lo que ayer prometimos no somos capaces de cumplirlo, por lo que nos haremos una nueva promesa para dejar de beber a partir de la próxima semana, aunque sabemos que cuando el lunes llegue seremos incapaces de no beber. Y repetiremos una y otra vez, una y otra vez... siempre con el mismo resultado.

     Somos enfermos alcohólicos puesto que hemos perdido la libertad para dejar de beber y cuanto más tiempo pase sin poner una solución a su enfermedad, esta se hará más y más fuerte, debilitando cada vez más la voluntad y dejando mayores secuelas en su cuerpo y su alma, pues cuanto más se acerque al final de sus días, habrá perdido no solamente su salud, sino que también habrá perdido todo rasgo de humanidad, con el desprecio de la sociedad y por supuesto el de la familia. Solo que quedará la desesperación y la muerte en soledad.