La fenciclidina, más conocida como polvo de ángel o PCP, es una droga disociativa que fue creada y utilizada en la década de los 50 como agente anestésico y que su uso se vería abandonado rápidamente al detectarse efectos secundarios indeseados en los pacientes.
A pesar que los efectos psicoactivos primarios de esta sustancia son muy cortos (aproximadamente una hora), la eliminación total de nuestro organismo es mucho más lenta, hasta varias semanas.
La presentación de esta sustancia es muy variada, partiendo de un polvo blanco y cristalino de fácil disolución, al que se le añaden productos para cambiar color y presencia, hacen que pueda ser tomado vía oral, inhalado o fumado.
Esta droga afecta el funcionamiento cerebral, bloqueando la capacidad de concentración y de pensamiento lógico, alterando la percepción, pensamientos y estado de ánimo. Sus efectos son muy variados y van desde la toma de una dosis moderada a pequeña que puede provocar una sensación de distanciamiento y separación de su entorno, entumecimiento, habla dificultosa y pérdida de coordinación, pasando por sensación de fuerza e invulnerabilidad. El aumento de la cantidad puede provocar un descenso en la presión arterial, disminución de la frecuencia cardíaca y respiratoria, acompañado de náuseas, visión borrosa, pérdida del equilibrio, etc. llegando incluso a dosis más altas a provocar convulsiones, coma y la muerte.
Su consumo habitual produce trastornos emocionales, pérdida de memoria, dificultad para hablar y pensar, síntomas depresivos y pérdida de peso, aún un año después de haber dejado de consumir.
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