Aún siendo la enfermedad alcohólica la misma en hombres y mujeres y compartir muchas características comunes, hay aspectos diferenciales que es conveniente conocer.
Tradicionalmente el hombre ha consumido alcohol en más cantidad y de mayor graduación que la mujer, motivado en parte por la función maternal que esta tiene y por un código de moral más rígido que ha logrado reducir el consumo en el sexo femenino, al menos hasta hace relativamente pocos años, pues el alcoholismo femenino ha ido en aumento, como lo ha hecho el consumo, motivado principalmente por la liberación de los tabúes y frenos sociales, por la mayor libertad individual de la mujer y su incorporación a la vida laboral y profesional, lo que les proporciona una mayor independencia.
La edad de comienzo del consumo abusivo del alcohol en la mujer está entre los 30-40 años y a diferencia con los varones, desarrolla la enfermedad después de contraer matrimonio o de una unión sentimental.
En el comienzo más tardío en la mujer alcohólica, interviene el aprendizaje, que lo hace más tarde y como método de cambiar su mundo íntimo (baja autoestima, preocupación excesiva por no estar a la altura de asumir un papel en la sociedad...) por lo que su forma de beber la canaliza desde el secretismo y la clandestinidad,
La mujer tolera peor que el hombre el alcohol, lo que por un lado le puede reportar un beneficio protector contra el consumo abusivo. Y que lo tolere peor se debe principalmente a una peor metabolización que en el hombre y a la mayor presencia de tejido graso en su organismo que provoca un mayor efecto del alcohol.
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