domingo, 22 de abril de 2012

Cocaína. Efectos en el organismo.


     Dependiendo de la forma de tomarla y de la respuesta del consumidor, los efectos varían y pueden ser físicos y psicológicos, y aparecen de forma inmediata.

     Cuando tomamos cocaína, esta entra desde el torrente sanguíneo al SNC, y provoca mediante el neurotrasmisor (dopamina) una sensación de recompensa-placer, induciendo cambios emocionales, de excitación motora con un aumento de actividad, aumento pasajero de la capacidad de atención y concentración, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, disminución del apetito y la fatiga, dilatación de las pupilas, sentimientos de euforia.
                                                                                                                                                                                                                                             
     Con el aumento del uso de la cocaína, el cerebro ira perdiendo su habilidad de producir dopamina, por lo que todos estos efectos  placenteros que se producían tras el consumo de la cocaína, ya no serán tales pues entonces causarán sentimientos depresivos.


     Como hemos dicho, esta sustancia es fuertemente adictiva, por lo que su consumo a medio plazo y aún en pequeñas dosis (aunque no sea a diario) provoca adicción.


     A medio-largo plazo su consumo conduce a problemas físicos y psicológicos además de los adictivos. Su consumo al hacerse habitual afecta el funcionamiento cerebral y puede provocar trastornos psíquicos como ideas paranoides (de persecución, de grandeza...) o depresión, y desencadenar cuadros de psicosis y esquizofrenia. El daño se hace extensible al sistema circulatorio y respiratorio con complicaciones neurológicas y gastrointestinales (náuseas, pérdida de peso, hemorragias cerebrales, infartos de miocardio, trombosis cerebral, disminución de la función sexual...).


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