El tema de los hijos es muy delicado, pues en su inmensa mayoría de lo que hablamos son de menores que sufren en silencio, solos, la adicción de alguno de sus padres, si no de los dos.
Estos menores que conviven con un alcohólico, corren mayor riesgo de tener problemas socio-emocionales que aquellos niños que sus padres no son alcohólicos.
Además de tener una probabilidad de ser alcohólico cuatro veces superior a de aquellos hijos cuyos padres no tienen problemas con el alcohol, muchas veces se sienten abandonados, no queridos, desarrollando unos sentimientos de culpabilidad y vergüenza, de confusión, de ira. etc.
Algunos de estos hijos de alcohólicos tratan de actuar de "padres" responsables de la familia, viviendo privados de la compañía y relación de otros niñoa, haciendo que en un futuro no muy lejano, afloren todos
sus traumas.
Por lo tanto, es muy recomendable el empleo de programas educativos y de grupos de autoayuda, que se realizan a tal fin. Como también lo es el contar con ayuda profesional personalizada a fin de prevenir problemas más serios.
Es muy importante hacerles saber que ellos no son los responsables de los problemas de sus padres y de cómo actuar contra esta enfermedad.
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