sábado, 19 de mayo de 2012

Drogas de síntesis. Éxtasis: Situaciones de especial riesgo.

     Como venimos insistiendo, el consumo de cualquier sustancia que produce tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia, provoca efectos muy perjudiciales para la salud, especialmente en alguna de las siguientes circunstancias:

-   Ingestión de dosis sucesivas: La repetición de dosis en el trascurso de una misma noche, para mantener los efectos estimulantes puede llevar a una peligrosa concentración de la sustancia en el organismo.
-   Condiciones ambientales: El consumo en lugares cerrados, poco ventilados y con una elevada temperatura, aumenta el riego de sufrir lo que se conoce como "golpe de calor" llegando a provocar el fallecimiento.
-   Actividad física intensa: Bailar durante horas, puede dar lugar también al "golpe de calor", que consiste en un aumento de la temperatura corporal que puede provocar un fallo renal.
-   Embarazo y lactancia: Además de los daños en el consumidor, el éxtasis puede provocar daños en el feto o en el lactante.
-   Adolescencia: Al tratarse de  una etapa en la que el desarrollo del organismo está en pleno desarrollo y maduración, el consumidor se ve doblemente dañado a nivel físico y mental.
-   Enfermedades asociadas: El consumo, junto con otras enfermedades presentes en el consumidor (epilepsia, cardiopatías, hipertensión, trastornos psiquiatricos, etc.), provoca un empeoramiento de estas.
-   Policonsumo: El consumo del éxtasis junto con otras drogas, lo hace especialmente peligroso pues aumenta su toxicidad y el peligro de reacciones adversas.

     Los consumidores crónicos de esta sustancia, sufren daño en los procesos de atención, concaentración y abstración, pérdida de memoria, disminución del interés por el sexo, pérdida de apetito y mayor frecuencia de alteración psiquiátrica como ansiedad, depresión, ideación paranoide, trastorno del sueño, etc.

     Factores como la edad de inicio en el consumo, la dosis, la frecuencia,el policonsumo, así como factores ambientales y genéticos, son determinantes en la magnitud de los efectos crónicos.


“Oigo a mucha gente hablar sobre el éxtasis, llamándola una droga divertida, inofensiva. Todo lo que puedo pensar es: ‘si tan sólo ellos supieran’.
En cinco meses, pasé de vivir de alguna manera responsable mientras perseguía mi sueño, al de una persona a quien no le importaba absolutamente nada; y mientras más me drogaba, me hundía más profundamente en un lugar oscuro, un lugar desolado. Cuando lograba dormir, tenía pesadillas y espasmos. Tenía la piel pálida, la cabeza tambaleante y principios de paranoia, pero ignoraba todo, pensando que era normal. Hasta que una noche pensé que me estaba muriendo.
El éxtasis se llevó mi fuerza, mi motivación, mis sueños, mis amigos, mi apartamento, mi dinero y más que nada, se llevó mi cordura. Me preocupo sobre mi futuro y sobre mi salud todos los días. Tengo muchas montañas frente a mí, pero pretendo seguir escalándolas porque soy una de esas afortunadas”. — Lynn

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