"La dependencia al alcohol es un estado patológico morboso en el cual la persona al perder grados de libertad en su conducta, queda alterada en sus capacidades adaptativas, en todo los niveles de su funcionamento, corporal, psicológico y social". (Dr. Joaquín Santodomingo Carrasco)
A mitad del siglo XX el alcoholismo es reconocido como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.
- Un alcohólico es un enfermo.
- Un alcohólico no es un vicioso.
- Un alcohólico no bebe porque quiere.
El alcohólico, bebe por la necesidad imperiosa de no sufrir, de no pasarlo mal, ya que se llega al extremo de no poder vivir sin beber alcohol.
Como cualquier enfermedad, se puede diagnosticar, tiene un pronóstico y también un tratamiento.
El alcoholismo es una enfermedad crónica, es decir para toda la vida, como la diabetes o algunas enfermedades del corazón. Pero acaso ¿un diabético no puede hacer una vida normal? y ¿un enfermo cardíaco?. La respuesta es sí, aunque para ello necesitará de unos cuidados que durarán siempre.
Con el alcoholismo ocurre igual, pues necesitaremos unos cuidados mínimos: En un principio tomar medicación si la necesita y NO consumir bebidas alcohólicas bajo ningún concepto para lo cual deberemos ejercitarnos mental y psicológicamente a través de apoyo.
Una pregunta que suele rondar en la mente de todos es si el alcohólico nace o se hace, y por lo que sabemos, nadie nace con una dependencia al alcohol, pero vivir en determinados ambientes familiares, o de amigos y tener algunas característica de carácter como la timidez, enfermedades psiquiátricas o el no saber decir NO, puede ser determinante para empezar a beber o para seguir bebiendo hasta que surjan los problemas.
Decimos que el alcoholismo es una enfermedad contagiosa, de la misma manera que la sanación también lo es, pues a la hora de rehabilitarse, el entorno, el apoyo de la terapia, la asociación... también son definitivas para salir del problema.
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