domingo, 10 de marzo de 2013

Funcionamiento de una terapia.


     Nuestras terapias de autoayuda y ayuda mutua están formadas por enfermos alcohólicos y en los casos de los más jóvenes también vienen con adicciones a otras sustancias (politoxicómanos), por lo que cuando hablamos sobre las adicciones TODOS sabemos de lo que estamos tratando.


     El grupo está compuesto tanto por hombres como mujeres, de todas las edades y oficios. En un número variable nos juntamos tres días a la semana L - X - V desde las 18:30 hasta las 20:30 h., dos horas en las que se rompe el miedo al silencio y a la vergüenza, donde un moderador posibilita que la persona que desee hablar o exponer una vivencia, pueda hacerlo mientras el resto de los compañeros escuchan atentamente y si consideran que tienen algo que exponer lo hace levantando la mano para que le sea concedida la palabra. De esta manera se experimenta un nexo de unión entre el grupo en el que todos somos participes del éxito de cada uno, en donde se vislumbra el final del túnel y donde se experimenta que es posible salir de las adicciones, puesto que junto a ti hay una persona que lleva años en abstinencia.



     Las reglas básica para nuestras sesiones son el respeto y el compromiso en dejar la adicción.



     En múltiples ocasiones decimos que las terapias son como volver a la escuela, pues es donde aprendemos a vivir sin alcohol, compartiendo experiencias y sobre todo, mostrando las herramientas de las que se han servido aquellos que llevan más tiempo de abstinencia y que también les puede servir de ayuda para los que se han incorporado hace menos tiempo al club de los abstinentes. Importantísimo resulta el verse que uno no está solo en la lucha por la abstinencia, sino que cuenta con el apoyo de una asociación cuyos integrantes le comprenden perfectamente y comprenden las secuelas que sufre (familia, trabajo, salud...).



     ¿Quién acude a nuestras terapias?. Siempre las personas que acuden lo hacen por un motivo grave de salud, de familia, de trabajo, de justicia, etc. y en casi todas se da la unión de varios de estos motivos. Muchos vienen derivados de centros de salud, después de haber pasado por episodios realmente graves.


     Cada dos semanas contamos con la presencia de una psicóloga que compartimos enfermos y familiares y un becario estudiante de último año de psicología, mediante las aportaciones que entre aquellos enfermos y familiares que puedan, vamos haciendo a la caja común y que nos permite contar con estos profesionales, al menos 8-9 meses al año (dependiendo de las aportaciones).





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