domingo, 4 de noviembre de 2012

Recaídas.

     El logro de haber dejado el uso de bebidas alcohólicas por parte del enfermo, puede verse interrumpida por las recaídas, que implica el retorno al hábito de beber.

     Primeramente debemos diferenciar entre lo que es una recaída propiamente dicha de lo que es un pinchazo, desliz o tropiezo. En el primer caso el alcohólico abstemio durante al menos por un mes, hace tres o cuatro consumiciones durante un plazo de tres o más días; mientras consideramos un pinchazo a la ingesta ocasional y aislada, motivada por factores coyunturales.

     El mayor riesgo de recaídas incide durante los tres primeros meses desde que el alcohólico se aleja del consumo de bebidas alcohólicas.


     Las recaídas han de afrontarse como una parte más de la terapia, dándole y tratándola con toda la seriedad que sin duda tiene, puesto que no en pocas ocasiones, esta lleva al enfermo alcohólico a un estado de más gravedad que el inicial, incluso hay recaídas de las que el enfermo jamás se recupera. De tal forma debemos considerarlas como un serio aviso que algo no ha funcionado bien y que debemos averiguar qué factores han sido los desencadenantes para que se haya producido la recaída y  para que estos en el futuro puedan ser reforzados.


     El enfermo debe estar percatado de los riesgos que ciertas situaciones ejercen sobre la abstinencia a fin de poder evitarlas o en su caso afrontarlas con cierta garantía de éxito, desde el conocimiento y experiencias de compañeros de terapia.

     Los factores de riesgo mas hábituales, por lo que debemos conocer serían:

    -    Factores médicos: Son los originados por la supresión precoz del tratamiento; o bien que este sea inadecuado o inexistente y la aprobación de ingerir bebidas sin alcohol.

  -  Factores internos: Principalmente la desmotivación para mantener la abstinencia, la incidencia de un proceso depresivo, la relajación y olvido de los sentimientos que nos llevó a la abstinencia... También en algunas ocasiones como medio de chantaje a personas próximas o buscando la obtención de algún tipo de prestación social (pensión, incapacidad, minusvalía, etc.)

   -   Factores externos: El más frecuente está relacionado con un disgusto familiar, aunque también una frustración o una emoción social positiva (celebración) o negativa suelen estar presentes en este tipo de factores de presión ambiental para volver a consumir alcohol.

    -    Factores múltiples: En ocasiones se dan la circunstancias de varios factores que concurren para que el enfermo alcohólico vuelva a beber.

     

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