Una vida sin adicciones es posible. |
- UNA
VIDA SIN ALCOHOL.
Ya
llevo más de 3 años viviendo una vida sana, agradable y equilibrada sin tener
que soportar el yugo del alcohol. Sobre todo supone una liberación gratificante.
Mi
trabajo diario lo abordo desde un punto de vista integral, tomando cada realidad de la enfermedad, con
esperanza, con visión de futuro, con la total reinserción en la vida y mi
mundo. Tres años de abstinencia total, acudiendo a las terapias de AVAR,
participando en ellas activamente.
Son
muy pocas, poquísimas las personas que sospecharon o se dieron cuenta que yo
tenía problemas con el alcohol porque mi obsesión por cuidar mi imagen y por
brillar en mi trabajo fueron mayores a mi obsesión por beber, asunto que
contribuyó a que me costara muchísimo trabajo descubrir y aceptar que era
alcohólica puesto que yo sentía y transmitía que tenía mi vida bajo perfecto
control.
Al
cabo de los años, me convencí de que, por lo menos en mi caso, mi problema de
alcoholismo surgió por mi errada actitud ante la vida pero, en la medida en que
he ido entendiendo y controlando mis defectos de carácter, he logrado una
existencia más armónica conmigo misma y con mi entorno, de tal manera que cada
vez me resulta más fácil vivir tranquila y sin pensar en el alcohol. Viéndome
cómo soy en realidad.
Parece
ser que a los alcohólicos nunca se nos quitan las ganas de beber porque la
enfermedad es un monstruo que siempre estará al acecho y poniéndonos trampas
para seducirnos en cualquier momento de debilidad: “Creer que por dejar el
trago no volverás a tener problemas es igual a creer que por ser vegetariana
puedes pasearte frente a una vaca recién parida pensando que no te va a
atacar”.
Por
eso es que la asistencia a los grupos con AVAR es tan importante puesto que el
grupo no solo nos ayuda a entender y manejar nuestra condición sino que también
nos enseña a descubrir y a defendernos de las trampas que perennemente nos pone
y nos pondrá la enfermedad (como por ejemplo, cómo afrontar las celebraciones
navideñas o un acontecimiento social, o abordar las vacaciones estivales, que
constituyen un riesgo para el alcohólico).
No
puedo sino dar gracias a AVAR, porque hoy
en día viva en un paraíso porque lo cierto es que la vida es bella pero también
es dura y el no beber no lo exime a uno de los problemas típicos de la
existencia pero si le ayuda a encararlos desde una perspectiva más asertiva y
obviamente la abstención lo libra a uno de agravar cualquier mala situación. PERO
RECUPERAR LA DIGNIDAD ES UN EJE TRONCAL FUNDAMENTAL, Y DE NOSOTROS DEPENDE
NUESTRA CORAZA Y FORTALEZA PARA PROTEGERNOS DEL ACOSO DEL ALCOHOL.
De
todo corazón espero que mis palabras le sirvan a alguien y le agradezco a todo
aquel que se haya tomado el trabajo de escucharme.
Sin adicciones + salud + vida |
Por
último, a todos y a todas los que me han ayudado por regalarme el pasaje para
mi último tren, porque acepté el regalo, y tomé la decisión, mi gran decisión.
Me subí al tren, arrancó rápidamente y cobró velocidad, y su retumbo me
recuerda cada día que no puedo olvidar lo que soy. Es un tren de largo recorrido,
con infinitas estaciones. Es el tren de mi vida, con lo bueno y con lo malo, es
el tren de la libertad, pero también del miedo y de las dudas, pero es mi tren,
el cual estoy empezando a conducir, y en este largo viaje, hoy por hoy y mañana
por pasado y pasado por el otro…, de
este tren ya no me bajo. Porque hoy por hoy, he conseguido aprender a vivir sin
el alcohol.
Magdalena
M. R.
Socia
de AVAR
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