jueves, 21 de junio de 2012

Síndrome de abstinencia.

     El síndrome de abstinencia son los síntomas que se experimentan al dejar de consumir una sustancia adictiva como es el alcohol. Estos síntomas varían dependiendo del tiempo y la sustancias que hayamos tomado, así una persona que no haya consumido por ejemplo alcohol durante un tiempo largo y no esté "enganchada" a él, muy difícilmente sentirá síntomas de abstinencia, por el contrario si la persona que intenta dejar el alcohol, es un consumidor habitual y es una persona dependiente, rápidamente notará los síntomas.

     Ciñéndonos al alcohol, los síntomas del síndrome de abstinencia pueden ser desde leves a graves, llegando hasta poder provocar la muerte.


     Una vez transcurridas entre 12 y 24 horas sin haber consumido nada de alcohol, empezamos a notar temblores, escalofríos, dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga, depresión, ansiedad... En casos de bebedores que han abusado de la sustancia durante mucho tiempo y han ingerido gran cantidad de etanol, se puede llegar a producir un delírium tremens después de entre 2 y 10 días después de haber dejado el consumo, siendo especialmente grave, puesto que puede (en caso de no ser tratado correctamente) llevar a la muerte a quien lo sufre, por lo que siempre se debe recordar que aquellos grandes bebedores que quieran dejar de beber por su cuenta o bien por haber sufrido algún percance traumático, deben acudir a su médico a explicarle lo que al enfermo le sucede.


     El delírium tremens es el evento más grave de lo que conocemos como síndrome de abstinencia, y durante su proceso el enfermo se muestra confuso, con sudoración, fiebre, convulsiones y alucinaciones. Una vez superado este proceso, si hay carencias vitamínicas (algo habitual en el  enfermo alcohólico), se pueden sufrir el conocido como síndrome Korsakoff (alteración severa de la memoria reciente).

     Desde la Asociación, siempre pedimos a quienes nos visitan solicitando ayuda para dejar de beber, que lo primero que debe hacer el enfermo es visitar a su médico, para evitar que la abstinencia no provoque problemas de salud más graves, proporcionando al paciente medicación adecuada para paliar los síntomas que hemos descrito.

      


martes, 12 de junio de 2012

¿Se puede curar la drogadición?. ¿Existe tratamiento?

     La dependencia al consumo de cualquier droga esta reconocida como una enfermedad y como tal debemos tratarla. ¿Y qué es lo que hacemos ante cualquier enfermedad? Lo primero que debemos hacer es acudir a un centro de tratamiento específico de adicciones o más sencillo, acudimos a un médico de atención primaria para que nos derive a un centro y a unos especialistas.


     Pero esta enfermedad es "traidora", pues al enfermo le afecta en su voluntad y en su reconocimiento. Los que hemos sufrido de ella sabemos que somos los últimos en darnos cuenta que tenemos un serio problema de adicción y pensamos que el problema lo tienen otros, que son otros los que no controlan las sustancias (como si nosotros no dependiésemos igualmente de ellas) y siempre estamos intentando dejar esta dependencia,  pero no sabemos cómo. Por lo que siempre después de haber tenido un problema serio, nos planteamos dejar de consumir y nos ponemos una meta:  a partir de mañana, del próximo lunes... Pero al llegar el lunes o el día de mañana, somos incapaces de no tomar esa sustancia que nos permita pasar el día, las próximas horas o el mismo instante.

     ¿Pero entonces cómo dejamos de beber, de fumar, de esnifar..., si no somos capaces de dejarlo?. Es duro decirlo, pero para llegar a dejarlo, la mayoría de las veces tendremos que haber pasado por algo muy gordo y será entonces cuando estemos en disposición de dar el paso a la abstinencia.

     Lo primero y más importante, aunque no lo más duro, es superar el síndrome de abstinencia. En segundo lugar tratar la adicción a la/s droga/s mediante el uso de fármacos y terapias para superar la dependencia. Y como tercer escalón está el resolver todas las complicaciones de salud que nos haya dejado el uso de estas drogas.

domingo, 10 de junio de 2012

Factores de protección.

     Son aquellos elementos que permiten al individuo evitar que experimenten y mantengan consumos de sustancias adictivas.

     Uno de los principales factores de protección debe ser la familia, en la que deben existir una comunicación  fluida, con respeto y amor, donde haya unas normas establecidas que han de cumplirse y que deben ser supervisadas por los padres, trasmitiendo unos valores, estilo de vida, actitudes y creencias que promueven el desarrollo integral de los hijos (Involucramiento de la familia en la educación de sus hijos).

     Desde la escuela se establecen políticas preventivas y se trasmiten valores y actitudes que permiten a los jóvenes los instrumentos y herramientas necesarias para hacer frente al consumo de drogas. También desde las asociaciones de padres de alumnos se involucran en esta tarea de prevención. 

     Los medios de comunicación, a través de una información veraz, desempeñan una labor fundamental en  la prevención, aportando contenidos relacionados con las drogas (legales e ilegales), siempre con responsabilidad, profesionalidad y sensibilidad.

     Desde los distintos estamentos políticos Nacional, Autonómico y Local, con la aportación de ONGs y diferentes asociaciones, se impulsan y ponen a disposición de los ciudadanos una gran cantidad de iniciativas  enfocadas a prevenir el consumo de drogas, sobre todo en edades tempranas (programas en los colegios, escuelas de padres, campañas de sensibilización, servicios de información, programas de ocio alternativo...)












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sábado, 9 de junio de 2012

Factores de riesgo.



     El principal factor de riesgo: La presencia de las drogas en el entorno,  o lo que es lo mismo, su accesibilidad, su visibilidad y su disponibilidad. Sabido es que cuanto más fácil resulta conseguir una droga, más aumenta su consumo, lo que explica que el consumo de drogas legales sea mayor que el de las drogas ilegales.

     Parte de las iniciativas en la prevención van dirigidas a limitar esta disponibilidad en las sustancias legales (alcohol y tabaco) reduciendo los espacios de exhibición y consumo, aumento de impuestos y elevar el límite de edad para poder adquirirlos y en las drogas ilegales con acciones policiales y judiciales encaminadas a la incautación de toda sustancia ilegal y la detención de los suministradores y distribuidores de estas.

     Otro factor de riesgo, es la existencia de un entorno social donde del tráfico de drogas sea visible, lo que facilita el acceso a menores a la sustancia, para lo cual desde la Secretaría de Estado de Seguridad contando con la colaboración de los responsables de los centros educativos, asociaciones de padres de alumnos y centros de ocio, se ha puesto en marcha planes destinados a reducir el tráfico minorista y el consumo de drogas en centros educativos y de recreo.

     La actitud de la sociedad hacia las drogas es un factor determinante, puesto que la aceptación o no del consumo de ciertas sustancias es un importante factor de riesgo. Si el consumo es visto como "aceptable" se estará dando la sensación que se trata de algo inocuo, mientras que si la sociedad no lo ve "con buenos ojos", se estará trasmitiendo la opinión que aquello es malo y perjudicial para nuestra salud.

     La pérdida de ciertos valores en la sociedad actual y la aceptación de otros como "vivir a tope", búsqueda de nuevas sensaciones, creernos inmortales y que nunca no nos va a pasar nada, hace que se tomen riesgos que nos lleva a querer probar de todo sin mirar las consecuencias de nuestros actos más allá del día presente.


     El entorno familiares un elemento muy determinante en el posible consumo de drogas por parte de los hijos, pues el joven que vive en un hogar donde se está consumiendo algún tipo de droga, está conviviendo en unas condiciones generalmente de familia desestructurada, con situaciones conflictivas y donde no se le presta la debida atención a las necesidades del niño y adolescente.

     Por último, la etapa de la adolescencia, donde el joven trata de encontrar un lugar en la sociedad y encontrarse como persona, le hace querer experimentar cosas nuevas, de integrarse en el grupo; y la falta de habilidades para decir ¡NO! a las presiones de los amigos, son algunos de los factores que favorecen el experimentar con este tipo de sustancia. También el acceso fácil al dinero y la ausencia de normas y disciplina son factores de riesgo.




Iniciación en el consumo de drogas: Aspectos a tener en cuenta.

     Cada vez son más los que se inician en el consumo de sustancias adictivas en edades tempranas, en una etapa en la que el cuerpo se encuentra en plena fase de maduración, especialmente el cerebro, por eso y aunque alguno de los jóvenes no pasarán de "probar" o tomar contacto con ciertas sustancias, otros no obstante llegarán a sufrir de adicción con los graves perjuicios que acarrea.

     No todos los que hemos consumido sustancias adictivas respondemos de igual forma, pues en el proceso de adicción intervienen diferentes factores, como puedan ser la edad de inicio, la personalidad, las características genéticas y biológicas, antecedentes familiares, etc. Todo ello interactuará en que cada uno tenga un proceso adictivo diferente a otro.

     Desde distintas administraciones, centros educativos y asociaciones se plantea la necesidad de editar programas de prevención a las adicciones, intentando de esta manera reducir lo que conocemos como factores de riesgo que favorecen el consumo de sustancias adictivas, enseñándoles habilidades personales y sociales, que puedan aplicar a distintas situaciones en las que pueden verse presionados para consumir drogas. 

 

domingo, 3 de junio de 2012

Otras drogas de síntesis. y IV

     La Ketamina es una droga derivada de la fenciclidina que aún hoy sigue utilizándose en medicina y veterinaria gracias a su poder analgésico y principalmente anestésico.

     Su presentación farmacéutica es en forma líquida y en la calle puede aparecer tanto en forma líquida, de cristal, pastillas y polvo. Por consecuencia puede ser inhalado por la nariz, fumado, inyectado (normalmente en la pierna) o ingerida por vía oral.

     Sus efectos dependerán de la composición, la dosis, la forma de ser suministrada, y las características del propio consumidor. En pequeñas dosis provoca efectos similares a los de una borrachera (pérdida de coordinación, dificultad en el habla, de reacción, visión borrosa...). En dosis mayores puede provocar delirios, pseudoalucinaciones, pérdida de la noción del tiempo y el espacio y distorsión de la realidad. Algunos aseguran  verse fuera de su cuerpo, con la sensación de haber muerto o de ir a morir de forma inmediata.

     A corto plazo, los efectos que se presentan son nauseas, sedación, aumento de la tensión arterial, taquicardias, dificultad respiratoria...

     A largo plazo se sufre el riesgo de padecer deterioro mental (principalmente la memoria verbal, visual y a corto plazo), ansiedad, paranoia y paros respiratorios y cardíacos.

     Esta sustancia es muy adictiva y tiene una rápida tolerancia. Especialmente con el consumo combinado de alcohol u otras drogas, aumenta el riesgo de sufrir depresión respiratoria, síncopes y paro cardíaco.




   Los Poppers es el nombre genérico que sirve para designar al grupo de drogas cuyo consumo se hace de forma inhalada y cuya composición en su mayoría de la veces es de nitritos de amilo, butilo o isobutilo. Se trata de líquidos incoloros y con un olor característico que son vendidos en pequeños frascos de cristal para ser inhalados, por lo que si accidentalmente es aspirado o tragado puede llegar a ocasionar la muerte.

     Producen un efecto estimulante y vasodilatador que se percibe casi de inmediato, produciendo una sensación de euforia, ligereza y aumento del deseo sexual. Sus efectos desaparecen muy rápidamente dando lugar a una sensación de agotamiento físico.


     Los efectos adversos más corrientes son los dolores de cabeza y los mareos (debido principalmente por la rápida bajada de la tensión arterial), junto con dificultad temporal de la erección en los varones.




     El m-CPP o la meta-clorfenilpiperazina es una sustancia con propiedades estimulantes y alucinógenas que en algunos países se distribuye de forma legal y que en múltiples ocasiones se les da una apariencia de éxtasis para venderla como si de esta sustancia  se tratara.

     Se presenta en forma de comprimidos blancos o de diferentes colores y también en forma de polvo (en numerosas ocasiones mezclada con otras sustancias).

     Sus efectos más adversos para la salud se refieren a molestias de estómago y riñón, dolores de cabeza, resacas fuertes, reacciones de pánico y ansiedad, comportamientos psicóticos, brotes de violencia, etc.

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